Gracias a la amable invitación de Jonathan Flores (psicólogo , presidente de la Sociedad Mexicana de Ciencias Interdisciplinarias e integrante de SAP México, o Servicios de Asesoría Psicológica) fui parte ayer de una charla, junto a otros chicos y chicas, que tuvo como tópico principal a los sueños, abordando, en el medio, otros muchos temas más también.
Mi principal interés en la conversación ha sido centrarme principalmente en la persona que tiene los sueños y hace preguntas sobre ellos, que ir directamente sobre los sueños mismos. Uno quiere entender todo el proceso del ser humano sin dividirlo por partes, sino abordándolo como una totalidad, sin ser teórico o repetir lo que otros han dicho, sin especular, intentando en el abordaje hablar sobre los propios descubrimientos siempre a la luz de una mirada dirigida al interior de uno mismo. Así, no se ha hablado desde la acumulación de conocimientos, desde la memoria, desde los cuerpos teóricos, desde los análisis ni la intelectualidad. Se ha hablado intentando ser frescos y nuevos.
La charla transcurrió con gran pasión y participación de todos. Hemos hecho preguntas sobre si existen los sueños premonitorios o sobre si los sueños tienen un significado fijo, determinado, más allá del tiempo. Hicimos preguntas también acerca de la configuración personal de la persona que hace las preguntas y tiene opiniones de cualquier tipo y tema. Hablamos sobre el condicionamiento, que es uno solo pero que podemos ver como social, cultural, familiar, personal, etc., y de cómo éste es una fuerza tan potente que aparentemente todo lo impregna. Dijimos que nosotros mismos somos parte activa de este condicionamiento y que no toda la responsabilidad por ello es siempre externa sino que uno también pone su ladrillo para que el condicionamiento siga y que condicionados así como estamos, tal vez, estemos condicionando también a los nuevos (a los niños). Asimismo, debatimos sobre si realmente existe una separación entre el allá (los sueños) y el aquí (la vigilia) y si verdaderamente es adecuado, desde el estado personal en el que uno se encuentra, establecer separaciones y unidades o cualquier tipo de enfoque. Hicimos preguntas tales como: ¿Acaso condicionados aquí hemos condicionado también los sueños allá? ¿Por qué una persona cualquiera quisiera saber algo sobre los sueños? ¿Existen los sueños realmente, de dónde vino el préstamo de la palabra "sueños", y, por qué aceptamos el préstamo? Todas las veces me es cómico el mencionar la historia de si la sal sala las papas o no, la cual señala que uno no ha cuestionado o puesto luz sobre que tomamos palabras, enfoques y modos de ver, prestados por nuestro ambiente circundante, y que sin ese cuestionamiento forjamos una base dejando de lado un proceso tan vital en los propios descubrimientos: ¿existe todo o me dijeron que existe?, ¿descubrí yo que es justamente eso en el salero lo que sala mis papas fritas o investigué siquiera si el nombre es adecuado, o, simplemente, acepté todo el hecho tal como me lo contaron?
Hablamos además de la llamada extrapolación, de cómo sin darnos cuenta usamos términos y enfoques de un campo y lo confundimos en otro. Así, discutimos sobre si existen necesidades psicológicas realmente sabiendo que nos es evidente las necesidades biológicas. ¿Necesito una pared estéticamente linda para sentirme bien, a una determinada persona para sentirme completo, a algún tipo de automóvil para darme importancia? ¿Necesito de algo, psicológicamente hablando, o ya tengo todo lo necesario? Además, hemos señalado que es posible que la persona que desea conocerse a sí misma, o saber acerca de los sueños, parte de una base de descontento, y preguntamos si es real o no ese descontento y si es posible, bajo esa configuración, algún tipo de descubrimiento, tanto en el campo de los sueños como en cualquier otro ámbito.
Estos han sido algunos de los temas que hemos abordado. Fue una charla absolutamente grata y personalmente anhelo que haya ocasión para muchas otras más.
¡Un saludo a todos!
Luciano Santos